Podríamos invertir el resto de nuestras vidas profundizando en los escritos del apóstol Pablo para tener una mejor visión de las glorias de Cristo y deleitar nuestras almas.
En las cartas de Pablo (como en cualquier otra parte de la Biblia), se nos brindan gloriosos indicios de la verdad: Cristo es el creador y sustentador (Col. 1:16-17), que se encarnó y murió como nuestra propiciación (Ro. 3:25), resucitó de entre los muertos (1 Co. 15:3-4), e inauguró la nueva creación (Col. 1:18) al ascender a su trono soberano (Col. 3:1). ¡Y por la fe estamos unidos a él y a su poder!
En Cristo, todas estas verdades de la gracia son nuestras (2 Co. 1:20). Y estas gloriosas verdades alimentan nuestras almas y dan lugar a los múltiples mandatos de Dios que traen el enfoque y la dirección a nuestra vida diaria en forma de imperativos apostólicos.
No…
Entre todos los gloriosos imperativos, unas 30 veces Pablo nos dice que no hagamos ciertas cosas o no seamos como ciertas personas. No seas ese chico; sé este chico. No seas esa chica; sé esta chica. No hagas eso, haz esto. Y cada vez que nos dice lo que no debemos ser o hacer, también nos señala lo que sí debemos ser o hacer, basado en lo que somos en Cristo. Aquí está mi paráfrasis de la lista completa:
No vivas con arrogancia; aprende a vivir en el temor de Dios (Ro. 11:20).
No te conformes a esta época; transfórmate por la renovación de tu mente para conocer la voluntad de Dios (Ro. 12:2).
No seas flojo en el servicio a Cristo; sirve al Señor con entusiasmo (Ro. 12:11).
No seas arrogante con los demás; asóciate con los humildes (Ro. 12:16).
No te dejes vencer por el mal; vence el mal con el bien (Ro. 12:21).
No se endeuden los unos con los otros; excepto en amor hacia los demás (Ro. 13:8).
No se dividan por el error; únanse en la misma convicción (1 Co. 1:10).
No se engañen con el pecado sexual; la inmoralidad condena a las almas (1 Co. 6:9).
No seas esclavo de las opiniones de los hombres; eres esclavo de Cristo (1 Co. 7:23).
No seas idólatra de la carne; déjate guiar por el Espíritu para rechazar la tentación por la gracia de Dios (1 Co. 10:6-13).
No te preocupes demasiado por tu propio bien; busca el bien de los demás (1 Co. 10:24).
No seas infantil en tus pensamientos; sé santo, pero sabio sobre las obras del mal (1 Co. 14:20).
No te dejes engañar por la influencia que tus amigos tienen sobre ti; rodéate de amigos sabios (1 Co. 15:33).
No te cases con un incrédulo; busca un cónyuge que viva a la luz de Cristo (2 Co. 6:14).
No te dejes engañar por la gratificación inmediata; siembra sabiamente, sabiendo que cosecharás más tarde (Gá. 6:7).
No se dejen engañar por argumentos vacíos; la ira de Dios viene sobre los desobedientes (Ef. 5:6).
No sean compañeros de los que viven en las sombras del mal; caminen como hijos de Dios en la luz (Ef. 5:7-9).
No seas necio en tu vida; entiende la voluntad de Dios (Ef. 5:17).
No te emborraches con el alcohol; sé lleno del Espíritu (Ef. 5:18).
No te asustes de tus oponentes; mantente firme en el Dios que te librará (Fil. 1:28).
No sean engreídos los unos con los otros; con humildad consideren a los demás como más importantes que ustedes mismos (Fil. 2:3).
No se consuman por intereses propios; consúmanse por los intereses de los demás (Fil. 2:4).
No se preocupen; den gracias en todo (Fil. 4:6).
No seas amargado con tu esposa; ámala y cuídala (Col. 3:19).
No te dejes llevar por los deseos del mundo llenos de lujuria, sino por los deseos que corresponden a tu redención en Cristo (1 Ts. 4:5).
No te dejes engañar por la gente que dice que Cristo ya ha regresado; sigue anticipando el día (2 Ts. 2:2).
No te apresures a reprender a un creyente mayor; anímalo como si fueras un padre (1 Ti. 5:1).
No te apresures a nombrar y ungir a los líderes de la iglesia; mantente libre de confirmar a las personas en pecado mientras persigues tu propia pureza personal (1 Ti. 5:22).
No te avergüences de sufrir por Cristo; comparte su sufrimiento al confiar en el poder de Dios (2 Ti. 1:8).
Definidos por lo que somos
De esta manera, Pablo traza los contornos de la vida cristiana con opuestos (enseñándonos cómo debemos de ser y advirtiéndonos cómo no debemos de ser). Una vez más, el punto de la lista es que no debemos encontrar nuestra identidad cristiana en lo que no somos. Más bien, nuestra identidad está enraizada en que estamos unidos a nuestro glorioso Salvador. Fuera de su obra y su poder, se nos dice: «No seas es chico» y «no seas esa chica».
Y en estas yuxtaposiciones entendemos mejor la voluntad de Dios para nuestras vidas, ya que vivimos por el poder de la muerte y resurrección de Cristo a favor nuestro.
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Tony Reinke es el escritor principal de Desiring God y autor de Competing Spectacles (2019), 12 Ways Your Phone Is Changing You (2017), John Newton on the Christian Life (2015), y Lit! A Christian Guide to Reading Books (2011). Es el anfitrión del podcast Ask Pastor John y vive en el Phoenix con su esposa y tres hijos.