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Un evangelio de la prosperidad mucho más sutil: más común de lo que piensas

Aunque los evangélicos tradicionalmente han criticado el evangelio de la prosperidad en su forma «explícita», hay una forma más sutil de esta enseñanza que es muy común entre nosotros [1].  A menudo no es detectada por los cristianos creyentes en la Biblia, toma por sentado el evangelio y lleva a sus adherentes a centrarse en cosas como planificación financiera, la dieta y el ejercicio, y estrategias para el crecimiento personal. 

En contraste con el evangelio de prosperidad «puro y duro», que ofrece salud milagrosa e inmediata y riqueza, esta variedad más suave desafía a los creyentes a avanzar hacia una vida de bendición mediante la última técnica prescrita por el pastor. Por supuesto, los asuntos de mayordomía personal como el dinero, la salud y las habilidades de liderazgo deben estar entrelazados en una teología bíblica del discipulado cristiano. El problema surge cuando los cristianos, y especialmente los pastores, ponen mayor énfasis en estos asuntos secundarios. Lo que decidimos predicar o escuchar dice mucho sobre lo que valoramos. Y lo que veo entre algunos evangélicos es una disposición a priorizar los asuntos menores de la ley sobre las más importantes misericordias del evangelio.

Esto no es una preocupación nueva. Otros han descrito facetas de este evangelio de prosperidad bajo nombres como el deísmo moralista y terapéuticoel cristianismo sin Cristo y la mercantilización del cristianismo [2]. En verdad, las tres descripciones se superponen para retratar un evangelio de la prosperidad que podría pasar desapercibido fácilmente, porque parece razonable a los cristianos que aman a Dios y al sueño americano.

UN EVANGELIO DE LA PROSPERIDAD MÁS SUAVE Y SUTIL

Es obvio para quienes tienen ojos para ver, que señales tan sutiles de estar forma de prosperidad están en todas partes en el evangelicalísmo. La radio cristiana ofrece una experiencia «positiva y alentadora» con innumerables canciones llamando a los oyentes a ser «vencedores». Los editores cristianos comercializan libros que ayudan a los cristianos a verse mejor, a sentirse más seguros y alcanzar su máximo potencial. Del mismo modo, Jeremías 29:11 y Filipenses 4:13 siguen siendo erigidos como mantras por cristianos que quieren tener un impacto en el mundo.

Pero, por supuesto, estos ejemplos son sólo síntomas, y la solución no es demonizar a los minoristas cristianos. Más bien, todos debemos aprender a pensar más profundamente sobre el contenido de nuestra fe y refutar las enseñanzas erróneas del sutil evangelio de la prosperidad (Tito 1: 9). 

CINCO MARCAS DE PROSPERIDAD MUY SUTIL

Para ayudar en ese discernimiento, permítanme esbozar cinco marcas comerciales de prosperidad muy sutil, que aparecen particularmente en sermones y libros: 

  1. La prosperidad sutil eleva a las «bendiciones» más que al Dios bendito

Cuando las bendiciones están divorciadas del Dios trino, la transigencia se produce. La verdadera bienaventuranza reside sólo en Dios, «el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes y Señor de señores» (1 Timoteo 6:15). Por consiguiente, buscar la bendición de Dios requiere buscarlo a él (Isaías 55: 6-7Mateo 6:33). Cristo es el verdadero tesoro (Mateo 13: 44-46), y cualquier búsqueda de la bendición que hace de Dios un medio para un fin es errónea e idólatra.

  1. La prosperidad sutil separa versos del mensaje redentor de la Biblia

Cuando los predicadores presentan versos aislados como principios honrados para reclamar las bendiciones de Dios, terminan predicando un evangelio falso. En lugar de relacionar todas las bendiciones con Cristo, ellos aplican directamente versículos aislados a la gente de hoy. 

Tal promesa motiva a los fuertes y apaga a los débiles. A menos que un pasaje esté correctamente relacionado con el marco redentor de la Biblia, versículos como el Salmo 1:3 se convierten en caminadoras en las que los fervientes cristianos se agotan a sí mismos. La auténtica predicación expositiva centrada en Cristo impide este tipo de manipulación textual y protege contra el evangelio de una prosperidad suave. 

Más específicamente, la prosperidad sutil se deleita en las promesas tangibles del Antiguo Testamento [3].  El error se encuentra a menudo en prometer las bendiciones del pacto de los antiguos a santos del nuevo pacto. Cada vez que leamos el Antiguo Testamento, intérpretes fieles deben analizar; primero, cómo las promesas se relacionaron con Israel en su forma histórica y teocrática; segundo, a Jesús que cumplió perfectamente la ley (Mateo 5:17); y tercero, a nosotros. Debido a que vivimos bajo el nuevo pacto, siempre habrá continuidad y discontinuidad entre la promesa del Antiguo Testamento y su cumplimiento contemporáneo. Los predicadores deben aprender a interpretar estos textos antiguos en los niveles textuales, temporales y canónicos [4]. Igualmente, las iglesias sanas deben aprender a encontrar cada bendición en la relación con Jesucristo, el mediador del nuevo pacto. 

  1. La prosperidad sutil disminuye la maldición que Cristo soportó y la bendición del Espíritu Santo

En la Biblia, la bienaventuranza no es una idea imprecisa. Deuteronomio 27-28 especifica el contenido de las bendiciones y maldiciones del pacto mosaico. Citando estos versos, los predicadores de la prosperidad sutil enseñan que las bendiciones divinas se obtienen a través de una mayor obediencia, pero ignoran la letra pequeña. Sólo un hombre ha obedecido tan perfectamente a Dios para merecer la bendición de Dios (Hebreos 10: 5-10). Y por obediencia, Jesús fue condenado a muerte en una cruz romana, maldecido por los pecados de su pueblo (Gálatas 3: 10-13).

 Tal vez el mayor problema con la prosperidad sutil es la forma en que asume la cruz de Cristo, en lugar de adorar al Bendito que llevó la ira de Dios en nuestro lugar (Gálatas 3:13), los predicadores de la prosperidad blanda y sutil hablan a menudo acerca de lo que se puede hacer para experimentar el favor de Dios, pero se apresuran más allá de la cruz, perdiéndose de vista el hecho de que todo don espiritual ha sido asegurado para el creyente por medio de Jesús, quien nos da su Espíritu como la bendición preeminente. (Gálatas 3:14Efesios 1:3). Aunque no niegan el camino de los romanos, están conduciendo en otra carretera que va hacia la misma dirección. 

  1. La prosperidad sutil depende de las técnicas terapéuticas prescritas por el pastor

Al tomar por entendido el evangelio, los predicadores de la prosperidad sutil llenan el vacío con un plato lleno de técnicas terapéuticas, usando el lenguaje  de Sion, ellos enfatizan las buenas obras del creyente. A pesar de no negar explícitamente la salvación por gracia a través de la fe, los pastores que repetidamente insisten en consejos de vida, técnicas y estrategias para el éxito santo, socavan la fe una vez por todas entregada a los santos. 

  1. La prosperidad sutil está dirigida en gran medida al primer mundo, a problemas de clase media

Si bien las cuatro marcas anteriores podrían aplicarse de muchas maneras a la predicación de la prosperidad «dura», queda todavía una significativa diferencia. Mientras que la predicación de la prosperidad «dura» invita a los seguidores a nombrar y reclamar, los predicadores de la prosperidad sutil inspiran la motivación ascendente de alcanzar los sueños. En primera, la buena salud  y las riquezas demuestran la salvación de Dios de manera visible; en la última, los predicadores proclaman una religión de soluciones terapéuticas. Por citar sólo a uno de sus maestros: «¿Creo en el retorno sobrenatural al momento de dar? ¡Sí señor! ¿Creo que Dios bendice los diezmos y las ofrendas? Si, lo creo. Pero ¿por qué deberíamos enseñaros a reclamar un coche sin enseñaros sobre el pago del coche y las tasas de interés de los préstamos?»[5].

En pocas palabras, el mensaje de TD Jakes promete el mismo oro a través de una línea de crédito diferente: la fe súper abundante mezclada con obras bien ordenadas. En pocas palabras, esta predicación de prosperidad más sutil atrae al primer mundo, gente de clase media que está demasiado ocupada viviendo para examinar un mensaje que reafirma sus aspiraciones naturales de éxito. Trágicamente, los «creyentes» que compran este falso evangelio permanecerán ignorantes de su mayor necesidad —la expiación por el pecado ante un Dios santo— a menos que se enfrenten al verdadero evangelio de Jesucristo. 

UNA MEJOR TEOLOGÍA DE LA BENDICIÓN

Al final, la tragedia del sutil evangelio de la prosperidad es la manera en que se enfoca en las mejoras terrenales. Al ofrecer a los cristianos su mejor vida ahora, las eternas realidades del cielo y el infierno se pierden. Esto trae la posibilidad muy real de que muchos que oyen el evangelio de la prosperidad sutil están y seguirán perdidos. 

En respuesta, los cristianos deben aprender a reconocer el error de la prosperidad sutil. Y nosotros, especialmente los pastores, debemos—en oración— trabajar para liberar a otros de ella. Primero debemos confesar las maneras en que los deseos de éxito terrenal se han aferrado a nuestros propios corazones. Segundo, debemos presentar el evangelio bíblico, que excede vastamente la oferta del éxito santo. Debemos exaltar las riquezas del verdadero evangelio y confiar en que cuando las ovejas de Dios oigan su llamado a arrepentirse de su pecado ya aferrarse a Cristo, también venderán su suave prosperidad y recibirán como regalo el único tesoro que cuenta: Jesucristo, el único rey bendito.

[1] Sobre la diferencia entre los evangelios de la prosperidad dura y blanda, véase el revelador estudio de Kate Bowler, Blessed: A History of the American Prosperity Gospel (Bendito: Una historia del Evangelio de la Prosperidad Americano). New York: Oxford University Press, 2013), 78. [2] En este orden, Christian Smith con Melinda Lundquist Denton,  Búsqueda de Almas: Las Vidas Religiosas y Espirituales de Adolescentes Americanos (New York: Oxford University Press, 2006); Michael Horton, Cristianismo Cristiano: El Evangelio Alternativo de la Iglesia Americana (Grand Rapids: Baker, 2008), esp. 65-100; Stephen J. Nichols, Jesús hecho en América: Una historia cultural de los puritanos a la pasión del Cristo. (Downers Grove, IL: IVP Academic, 2008), esp. 173-97. [3] Vease  una lista de tales versículos en el artículo de Michael Schäfer, The Prosperity Gospel and Biblical Theology (El Evangelio de la Prosperidad y la Teología Bíblica). [4] Para un tratamiento útil de este enfoque, véase Edmund Clowney,  Predicación y Teología Bíblica. (Phillipsburg, NJ: P & R, 1979). [5] Citado en Bowler, Bendito, 119.

Escrito por David Schrock, es el pastor para la predicación y la teología en la Iglesia Bíblica Occoquan en Woodbridge, Virginia. Lo puedes encontrar en Twitter @DavidSchrock.

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