Dios elimina el poder destructivo de cada
sufrimiento. Debemos creer esto o no lograremos
desarrollarnos, o quizás ni siquiera sobrevivir
como cristianos, con las presiones y las
tentaciones de la vida moderna.
Hay tanto sufrimiento, tantos contratiempos y
desalientos, tantas controversias y presiones
que yo no sé a dónde recurriría si no creyera
que el Dios Todopoderoso está tomando todo
contratiempo y todo desaliento y toda
controversia y toda presión y todo sufrimiento
para eliminar su poder destructivo, y hacer
que obre para incrementar mi gozo en Dios.
El mundo es nuestro. La vida es nuestra.
La muerte es nuestra. Dios reina de manera tan
suprema a favor de sus elegidos, que todo lo
que enfrentemos durante el transcurso de
nuestra vida en obediencia y ministerio estará
sometido a la mano poderosa de Dios, y estará
al servicio de nuestra santidad y nuestro gozo
eterno en Dios.
Dios está a nuestro favor; y si Dios es Dios,
entonces es cierto que nada puede tener éxito
en nuestra contra. El que no eximió ni a su
propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, indefectiblemente y sin reservas
nos concederá con Él todas las cosas todas las
cosas, el mundo, la vida, la muerte y Dios
mismo.
Romanos 8:32 es un amigo adorado. La promesa
de la gracia de Dios para el futuro es
incontenible, pero lo más importante es el
fundamento. Este es el lugar para pararse en
contra de todo obstáculo. ¡Dios no escatimó a
su propio Hijo! ¿Cuánto más, entonces, no
escatimará esfuerzo para concederme todo lo que
Cristo compró al morir, es decir, todas las
cosas, todo lo bueno?
¡Esto es tan seguro como la certeza de que
Él amó a su Hijo!
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