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Por qué no soy mormón

El mormonismo es un sistema insalvable el cual siempre ha ido en contra de la Biblia. No importa si un ángel se apareció o no, cualquier evangelio que vaya encontrar de la enseñanza de la Biblia debe ser rechazado

En donde vivo, a menudo se habla el tema de la fe mormona. Alrededor del mundo esta religión continua reuniendo un buen número de seguidores. Pero si usted me pregunta por qué no creo en el mormonismo, aquí hay tres razones:

1. El mormonismo se desvía de la suficiencia de la Biblia

El mormonismo enseña que el libro de Mormón es parte de las Sagradas Escrituras tal como la Biblia, y por lo tanto también creen que debería ser tomado como Palabra de Dios. Ellos afirman que este libro fue grabado en placas de oro hace mucho tiempo en una antigua lengua egipcia. En 1823, José (Joseph) Smith afirmó que había sido guiado por el ángel Moroni a descubrir y traducir estas placas, las cuales llegaron a formar el Libro de Mormón. También enseñan que Smith es un profeta del mismo nivel que los profetas bíblicos como Moisés e Isaías siendo elegido por Dios para restaurar la verdadera Iglesia de Jesucristo por medio de recibir y traducir el texto de estas placas: ENSEÑAN QUE LA BIBLIA NO ES SUFICIENTE.

El mismo libro de Mormón enseña que la Biblia no es suficiente: “¡Oh necio, que dirás: Una Biblia; tenemos una Biblia y no necesitamos más Biblia!” (2 Nefi 29:6).

No sólo consideran el libro de Mormón como Palabra de Dios de la misma manera que la Biblia, sino que también afirman la canonicidad de otras dos obras: 1) la Doctrina y Convenios y 2) la Perla de Gran Precio; aparte afirman que un profeta o presidente de la iglesia puede otorgar nueva revelación, teniendo una autoridad muy similar al papado de la Iglesia Católica Romana.

Esto viola la clara enseñanza de la suficiencia de la Escritura:

Proverbios 30:5-6: “Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso.”

Apocalipsis 22:18-19: “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”

2. El mormonismo se desvía de la enseñanza bíblica de la deidad de Jesucristo.

La forma en la que se habla de Jesucristo en la enseñanza mormona es similar al cristianismo bíblico. Ellos hablan de Cristo como: “El Salvador del mundo”, “nuestro Redentor” y “el Hijo de Dios.” Sin embargo, no todo es como parece…

PARA LOS MORMONES LAS PERSONAS DE LA TRINIDAD SON TRES DIOSES SEPARADOS… El mormonismo niega por completo una de las enseñanzas bíblicas más importantes: Que Dios es un Dios Trino; un solo Dios existiendo en tres Personas, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Para los mormones las personas de la trinidad son tres dioses separados. Dios el Padre es un hombre exaltado el cual “…tiene un cuerpo de carne y huesos, tangible como el del hombre; así también el Hijo; pero el Espíritu Santo no tiene un cuerpo de carne y huesos, sino es un personaje espiritual. De no ser así, el Espíritu Santo no podría morar en nosotros” (Doctrina y Convenios 130:22). Para ellos el Padre fue una vez un ser mortal que habitó en una tierra y finalmente subió a su estatus actual como dios.

Ellos enseñan que él, el Padre, es el padre de los espíritus humanos. Ellos creen que antes de la creación todo ser humano fue un espíritu que vivió con Dios el Padre, entre los cuales se encontraban Cristo y el Espíritu Santo. El estado “como dios” que Cristo y el Espíritu Santo tienen fue algo en lo que se convirtieron en lugar de algo que eternamente poseyeron. Por virtud de ser hijos de Dios el Padre, como todo espíritu humano ellos llegaron a adquirir una condición divina. Por lo tanto, todo humano tiene el potencial de llegar a adquirir, por medio de obras, un estado divino (“como dios”) al igual que un día Cristo lo hizo.

Sin embargo, este no es el Cristo que la Biblia nos demuestra, un Cristo el cual es menor que el Dios eterno y por lo tanto no Dios. El mormonismo viola la clara enseñanza de la Escritura que Cristo es Dios, el cual posee todos los atributos divinos, y en éstos, Él es igual a Dios, consubstancial, y coeterno con el Padre (Juan 1:1-2; 8:58; 10:30; 14:9; Colosenses 2:9; Tito 2:13).

3. El mormonismo se desvía del verdadero evangelio de Jesucristo.

Al igual que con la deidad de Cristo, la manera en la que se habla de la salvación parece similar al cristianismo bíblico. Sin embargo, cualquier creencia que se desvía de la deidad de Cristo con ello promueve un Cristo que no puede salvar. Un Cristo que no es el Dios eterno, tal como la Biblia lo enseña, no puede salvar y propiciar el pecado de los hombres. Un ser que no es el Dios de la Escritura, aun si ascendiese a en estado divino o no, es incapaz de cumplir con la moralidad necesaria para que su muerte fuese una muerte sustituta con el fin de aplacar la ira de Dios por el pecado de los hombres. La humanidad es depravada, y a menos de que tengamos un individuo que verdaderamente sea Dios y verdaderamente sea hombre, la humanidad permanecería bajo la ira de Dios, pues ningún individuo creado, surgido de Adán, para expiar nuestros pecados. Esto, lamentablemente, es el punto en el que el mormonismo eliminan cualquier posibilidad de salvación para la humanidad depravada.

ELLOS CREEN EN UNA JUSTICIA BASADA EN OBRAS

En el mormonismo, la salvación se trata menos acerca de la obra expiatoria sustitutiva de Cristo, y más acerca de tratar de seguir el ejemplo de Cristo y en el desarrollo de atributos divinos.

La doctrina mormona enseña que la expiación se hace efectiva en nuestras vidas a través de la fe en Cristo, el arrepentimiento, el bautismo, el bautismo del Espíritu Santo y la decisión de seguir las enseñanzas de Cristo por el resto de la vida. Esto nos demuestra que no sólo creen en un Cristo que no puede salvar, sino que también creen en una justicia basada en obras, lo cual contradice la enseñanza de la Escritura (Gálatas 2:16, Efesios 2:8-9).

Para empeorar las cosas, el mormonismo también enseña una forma de salvación por medio de un bautismo vicario. Una persona fallecida puede tener un bautismo realizado en el Templo en su nombre.

El mormonismo es un sistema insalvable el cual siempre ha ido en contra de la Biblia. No importa si un ángel se apareció o no, cualquier evangelio que vaya encontrar de la enseñanza de la Biblia debe ser rechazado: Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:8).

Trágicamente, a veces personas bien intencionadas me han respondido: “Bueno, entiendo lo que dice, pero conozco algunas personas maravillosas que son mormones.” Yo también sé de algunas personas muy amables en la fe mormona. Sin embargo, la cuestión aquí no es hablar acerca de la bondad de ciertas personas, sino de la veracidad de su doctrina. A pesar de la moralidad externa que puede existir dentro del movimiento mormón, sus enseñanzas son contrarias a la suficiencia de la Escritura, la deidad de Cristo, y al evangelio de Cristo. Por lo que podemos concluir que el mormonismo es un sistema insalvables y una religión completamente falsa.

Debemos apelar amorosamente a los mormones para que se conviertan de su enseñanzas erróneas y se sometan a la Palabra de Dios la cual se encuentra solamente en los sesenta y seis libros de la Biblia. Es en la Biblia donde encontrarán el conocimiento salvador de la persona y la obra completa de Jesucristo.


Por Eric Davis, graduado de The Master’s Seminary, es el pastor de la iglesia Cornerstone Church de Jackson Hole, WY (Estados Unidos). Él y su familia han estado ministrando en dicha congregación desde el 2008


Artículo tomado de la Revista 9Marcas #5 | Volvamos al Evangelio | 9Marcas (9marks.org)

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