Nuestro privilegio indescriptible

Una implicación del magnífico nombre, Yo Soy El
Que Soy, es que este Dios infinito, absoluto e
incondicionado se haya acercado a nosotros en
Cristo Jesús.

En Juan 8:56-58, Jesús responde a las críticas de
las autoridades judías. Les dice: «Vuestro padre
Abraham se regocijó esperando ver mi día; y lo vio
y se alegró. Por esto los judíos le dijeron: Aún no
tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?
Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo:
antes que Abraham naciera, Yo Soy».

Jesús no pudo haber pronunciado palabras más
elevadas. Al decir: «antes que Abraham naciera,
Yo Soy», tomó toda la majestuosa verdad del nombre
De Dios, la envolvió con la humildad de la
servidumbre, se ofreció a sí mismo para expiar toda
nuestra rebelión y abrió un camino para que
pudiéramos ver la gloria de Dios sin temor.

En Cristo Jesús, los que somos nacidos de Dios
tenemos el indescriptible privilegio de conocer a
Yahweh como nuestro Padre. Yo Soy El Que Soy.
el Dios que existe; cuya personalidad y poder se debe
únicamente a sí mismo; que nunca cambia;
de quien fluye todo el poder y la energía del universo;
a quien toda la creación debiera conformar su vida.

Oh, que aquellos que conocen el nombre de Dios pongan
su confianza en él.

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