Lo que hace que Jesús se regocije

Este versículo es uno de los dos únicos pasajes
de los Evangelios donde se dice que Jesús se
regocijó. Los setenta discípulos acababan de
regresar de sus jornadas evangelísticas e
informaban a Jesús sobre el éxito obtenido.

Lucas escribe en el versículo 21: «En aquella
misma hora Él se regocijó mucho en el Espíritu
Santo, y dijo: «Te alabo, Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque ocultaste estas
cosas a sabios y a inteligentes, y las
revelaste a niños. Sí, Padre, porque así fue de
tu agrado»».

Observemos que los tres miembros de la Trinidad
se regocijan en este pasaje: Jesús se regocija,
pero dice que se regocija en el Espíritu Santo.
Creo que lo que esto significa es que el
Espíritu Santo lo llena y lo mueve a regocijarse.
Al final del versículo se describe el deleite de
Dios el Padre. La traducción NVI lo expresa de
este modo: «Sí, Padre, porque esa fue tu buena
voluntad».

Ahora bien, ¿qué quiere decir que toda la
Trinidad estaba junta regocijándose en ese lugar?
Es el libre amor selectivo de Dios el que
esconde estas cosas de la elite intelectual y se
las revela a los niños: «Te alabo, Padre, Señor
del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas
cosas a sabios y a inteligentes, y las revelaste
a niños».

¿Y qué es lo que el Padre esconde de algunos y
les revela a otros? Lucas 10:22 da la respuesta:
«Nadie sabe quién es el Hijo sino el Padre».
Por lo tanto, lo que el Padre debe revelar es la
verdadera identidad espiritual del Hijo.

Cuando los setenta regresaron de su misión
evangelística e informaron a Jesús al respecto, él
y el Espíritu Santo se alegraron de que Dios el
Padre hubiera elegido, según su buena voluntad,
revelar la identidad de su Hijo a los niños y
esconderla de los sabios.

El punto es que no son solo ciertas clases de
personas a las que Dios elige. El punto es que
Dios es libre de elegir a los candidatos más
improbables para que participen de su gracia.

Dios contradice lo que dicta el mérito humano.
Esconde la verdad a los sabios y la revela a los
más indefensos y mediocres.
Cuando Jesús contempla cómo el Padre ilumina y
salva libremente a aquellos cuya única esperanza
es la gracia gratuita, se regocija en el Espíritu
Santo y se complace en la elección del Padre.

Encuentra más devocionales de John Piper en Español
en nuestro sitio web: