La iglesia y la evangelización

La iglesia y la evangelización

Esta noche voy a hablar acerca de la iglesia y la evangelización. Y quiero tratar dos temas:

1. Dos cosas que nosotros los pastores debemos enseñar acerca de la evangelización

2. Dos cosas acerca de la evangelización en las que nosotros los pastores debemos guiar a nuestras congregaciones

DOS COSAS QUE NOSOTROS LOS PASTORES DEBEMOS ENSEÑAR ACERCA DE LA EVANGELIZACIÓN

1. Necesitamos entender la responsabilidad que tiene la congregación respecto a la evangelización

Debemos enseñar a la congregación que todos los creyentes deben evangelizar. ¿Cree tu congregación que la evangelización es algo solo para los que tienen el don de la evangelización, o entienden que bíblicamente es para todos los creyentes? El pueblo de Dios siempre ha sido llamado a testificar de la bondad del Señor.

En todo lo que hacemos, debemos tratar de glorificar a Dios llevando las grandes nuevas de salvación a otros. Lucas 6:45 enseña que «de la abundancia del corazón habla la boca». Si el corazón está agradecido a Dios por haber sido reconciliado con él a través del evangelio, entonces querrá dar testimonio de esta realidad.

2. Los pastores deben enseñar cómo Dios se ha manifestado en la historia a través de su pueblo

Desde el principio, Dios ha mostrado sus planes a través de un cuerpo al que llama pueblo. No solo creó a Adán; creó a Adán y a Eva. Dios prometió hacer de Abraham una gran nación. Dios mostró sus planes a través de Israel. Y más tarde, en el Nuevo Testamento, Dios compró la Iglesia a través de la sangre de Cristo.

Y es este cuerpo creado por el Espíritu Santo en medio de este mundo caído y maldito el que debe dar testimonio del evangelio.

Jesús habla de cómo nosotros los creyentes somos un grupo especial y mostramos su amor en cómo nos amamos los unos a los otros. Y esto es una cosa que el mundo solo puede explicar como proveniente de Dios, porque hay algo en la esencia y en la naturaleza de este testimonio que es inexplicable para el mundo caído.

DOS COSAS ACERCA DE LA EVANGELIZACIÓN EN LAS QUE NOSOTROS LOS PASTORES DEBEMOS GUIAR A NUESTRAS CONGREGACIONES

1. Los pastores deben capacitar a la congregación para evangelizar

Debemos orar y trabajar para desarrollar una actitud evangelística. Debemos capacitar a la congregación a la que Dios nos ha llamado a servir. Debemos procurar que la práctica y la mentalidad de la iglesia sea el deseo de evangelizar, y que esto sea algo que se pueda observar en las conversaciones.

Y esto lo conseguiremos siendo pastores fieles y empezando por entender que la Escritura es la herramienta principal que Dios usa en la evangelización.

Permíteme explicarte de qué manera hago que el evangelio sea central en nuestra iglesia. La primera cosa que hacemos cuando alguien intenta unirse a la iglesia es entregarle nuestra Declaración de Fe, porque allí explicamos el evangelio muy claramente. Desde el primer momento, tratamos de exaltar el evangelio en lo más alto y hacer que este sea lo más central e importante.

A pesar de que es muy útil tener programas, no queremos una iglesia cuya generación esté centrada en programas.

Lo que yo quiero es que nuestros cultos sean alegres y que al mismo tiempo estén saturados de la máxima gravedad y solemnidad a la luz de la ira de Dios.

Nuestro objetivo respecto al evangelismo es que podamos llegar a ver que nuestra iglesia es una asamblea de personas que tiene presente las grandes doctrinas de Dios. No queremos que estén pensando en cosas que son superficiales e insustanciales.

Nuestra iglesia no hace muchas visitas puerta a puerta, ni realiza llamados al altar al final del culto.

Si hay tantas cosas que no hacemos, ¿qué es lo que hacemos? Me he concentrado en orar, enseñar, capacitar y trabajar para crear en la iglesia valores de fidelidad y oración que moldeen las relaciones, las amistades y las conversaciones espirituales entre los miembros de la iglesia. También oro regularmente a través de nuestro directorio de miembros.

Además, planifico los cultos con antelación y cuidado para estar seguro de que no provocamos momentos emocionales de forma artificiosa. Tengo claro que el evangelio involucra nuestras emociones, pero hay cosas que la gente hace en nombre de la evangelización que no son beneficiosas. Una de las cosas que hacemos en mi iglesia y, que suele llamar la atención de la gente, es mantenernos en silencio todos juntos como cuerpo después del sermón.

También me dirijo conscientemente tanto a los creyentes como a los incrédulos en mis sermones. Lo hago abiertamente y en público. Eso me ayuda a hacer que la gente reflexione acerca de su salvación, y estoy convencido de que esto engrandece el evangelio.

Cuando me convertí en pastor de mi iglesia, tuve que averiguar qué hacer con toda esa congregación. Mi consejo: No prediques en primer lugar las cartas de Pablo. En vez de ello, ve directamente a los Evangelios y predica a Jesucristo. Predica cómo reaccionó Jesús ante los fariseos religiosos.

Pienso que parte de nuestra tarea es llevar a nuestra congregación a entender el coste y las dificultades de la vida cristiana.

Por añadidura, podemos organizar cultos incluyendo bautismos y testimonios. Nosotros animamos a los miembros a quedarse después de los servicios para hablar entre ellos y con otras personas. Los animamos a tener conversaciones de carácter espiritual. No deberíamos avergonzarnos de hablar los unos con los otros acerca de temas espirituales. El cuerpo de Cristo se hará más atractivo para la gente cuanto más crezcamos en la fe. No solo edificamos nuestra congregación para nosotros, sino para los de afuera. El discipulado te hace brillar como una estrella en la noche oscura y, si no brillas, tu evangelismo no es efectivo.

Como pastores, cuando promovemos un entendimiento bíblico acerca de la membresía de la iglesia, estamos promoviendo una actitud evangelística.

Cuanto más entienda nuestra congregación los fundamentos de la fe y los practique en su diario vivir, más verán que todas las facetas de la vida están relacionadas con el evangelio.

También organizamos una serie de conferencias llamadas Henry Forums [Foros de Henry]. Si nos proponen a alguien que tenga conferencias interesantes que puedan ser atractivas para la gente de la comunidad, lo hacemos venir y nos aseguramos de que se hable del evangelio.

En nuestra iglesia, animamos a la gente a que propongan ideas acerca de cosas que les entusiasman.

Como pastor, debes animar sin cesar a los hermanos y hermanas de tu congregación que tienen carga por los perdidos y quieren llevarles las buenas nuevas. Hermanos, animad a los santos a quienes el Señor ha dado un corazón para la evangelización.

De forma deliberada, mantenemos nuestro calendario de iglesia sin muchas actividades para no saturar a nuestra gente con responsabilidades en la misma. Queremos animar a la gente a vivir la vida cristiana tanto con sus familias, como con sus amigos creyentes, como con sus amigos inconversos.

Una cosa muy sencilla que debemos hacer es animar a la gente de nuestra congregación a hablar acerca de la evangelización. A veces da la sensación de que los creyentes se sienten incómodos hablando de este tema. Hablad públicamente acerca del evangelismo y con vuestros amigos inconversos. Mostrad abiertamente la fe que hay en vosotros.

Sería un error pensar que lo más importante que hacemos los domingos por la mañana es llevar a la gente a Cristo. Debemos edificar a nuestra congregación para que cuando se mezclen con el mundo durante la semana tengan buena salud espiritual, estén gozosos y evangelicen.

No voy a negar que hemos sufrido decepciones. Hemos tenido casos de disciplina que me han roto el corazón. Pero le damos gracias a Dios porque hemos visto a muchas personas encontrar una nueva vida en Cristo.

2. Debes ayudar a tu iglesia a que evangelice congregacionalmente

No debemos evangelizar solo de manera individual. El testimonio conjunto de nuestra congregación hará que nuestra evangelización sea más fácil o más difícil dependiendo de si dicho testimonio es una ventaja o una desventaja. La meta es que puedas invitar a la iglesia a la persona a la que estás dando testimonio sin que tengas que avergonzarte.

Nuestras vidas deben apoyar a nuestras palabras. Sabemos que ninguno de nosotros puede vivir una vida perfecta, pero podemos vivir vidas que magnifiquen el evangelio. Jesús dijo: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5:16). Nuestras vidas son como un eco que confirma nuestro testimonio. Somos la valla publicitaria que Dios usa en nuestra ciudad. «Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo» (Fil 2:14-15).

Tu objetivo es llegar a compartir con tus amigos inconversos la red de contactos que es tu congregación. La conciencia de los inconversos puede despertarse abruptamente mientras interaccionan con nosotros. Pueden ver gente convirtiéndose ante sus propios ojos. Pueden ver vidas verdaderamente transformadas.

Hemos visto muchísima gente que ha venido a nuestras iglesias pensando que son creyentes y, que al final, se han convertido al sentarse bajo la predicación de la Palabra.

Comparte con tu congregación esos momentos en los que has sido fiel en la evangelización y has visto claramente a una persona tener convicción de pecado.

La Palabra de Dios está llena de afirmaciones de cuán cierta y segura es la victoria de Dios. Al evangelizar, estamos invitando a las personas a compartir el triunfo de Jesucristo.

Spurgeon, con su maravillosa combinación de confianza en Dios y tierna compasión por sus ovejas, lo expresó así:

Tal y como el Sr. Gran-Gracia trabajó para Bunyan en sus días, así mismo estoy atareado en mi pequeñas labores. No es que me compare con ese campeón, pero participo en la misma labor divina. Me dedico a llevar personalmente a gente al Cielo y me acompaña en todo momento el querido y anciano Padre-Honesto; me alegro de que todavía siga vivo y activo. Y también están por aquí Cristiana y sus hijos. Mi trabajo consiste en matar dragones, cortar cabezas de gigantes, y guiar a los tímidos y temblorosos de la mejor manera posible. A menudo temo perder a algunos de los más débiles y sufro mucho por ellos. Pero, por la gracia de Dios y con vuestra bondadosa y generosa ayuda cuidando los unos de los otros, espero que todos llegaremos seguros hasta el otro lado del río. ¡Oh, cuántos de ellos he dejado cruzando sus aguas! Me he quedado en la misma orilla y los he oído cantar atravesando sus corrientes. He vislumbrado cómo los Seres resplandecientes los guiaban por la colina arriba y, al llegar a las puertas, han entrado en la Ciudad Celestial (de la Autobiografía de Spurgeon, II, 131).

 

Mark Dever

Mark Dever

Mark Dever es pastor de la Iglesia Bautista Capitol Hill en Washington, D.C., presidente de 9Marks (un ministerio para iglesias y líderes de iglesias), y autor de muchos libros, incluyendo Nueves Marcas de una Iglesia Saludable. Él y su esposa, Connie, tienen dos hijos.