En Mateo 6 tenemos el ejemplo de la preocupación
por la comida y la vestimenta.
Incluso en Estados Unidos, con su amplio sistema
de beneficios públicos, la ansiedad por las
finanzas y la vivienda puede ser intensa. Pero
Jesús dice en el versículo 30 que esto surge
porque la fe que tenemos en la promesa de gracia
venidera de nuestro Padre es deficiente: somos
«hombres de poca fe». Este pasaje contiene al
menos siete promesas que Jesús nos dio para
ayudarnos a pelear la buena batalla contra la
incredulidad y liberarnos así de la ansiedad.
(Veremos las promesas 1 y 2 en la Parte 1;
y el resto en las Partes 2 y 3).
PROMESA 1: Por eso os digo, no os preocupéis
por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis;
ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis.
¿No es la vida más que el alimento y el
cuerpo más que la ropa? (Mateo 6:25).
Si el cuerpo y la vida son muchísimo más
complejos y difíciles de atender que la
comida y la ropa, y aun así Dios en efecto nos
creó y nos dotó de ambos, entonces seguramente
podrá proveernos la comida y la ropa que
necesitamos y está dispuesto a hacerlo.
Es más, sin importar lo que suceda, Dios un
día resucitará nuestro cuerpo y preservará
nuestra vida para que tengamos comunión eterna
con él.
PROMESA 2: Mirad las aves del cielo, que no
siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y
sin embargo, vuestro Padre celestial las
alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor
que ellas? (Mateo 6:26).
Si Dios está dispuesto a alimentar a criaturas
tan insignificantes como las aves, que no
pueden hacer nada para producir su comida no
como nosotros, que podemos cultivar la tierra
entonces de seguro nos proveerá lo que necesitamos,
porque valemos mucho más que las aves.
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