La única felicidad duradera

Jesús dice «nadie os quitará vuestro gozo» porque
es la comunión con él lo que nos da gozo, y la
resurrección de Jesús significa que jamás
moriremos. Jamás seremos separados de él.

Como vemos, dos cosas tienen que ser ciertas para
que nuestro gozo no nos sea quitado: la primera
es que la fuente de nuestro gozo perdure para
siempre, y la segunda es que nosotros mismos
vivamos para siempre. Si nosotros o la fuente de
nuestro gozo fuera mortal, entonces nuestro gozo
nos sería quitado.

¡Y cuántos se han conformado solo con eso! Comamos,
bebamos y celebremos, dicen, porque mañana
moriremos, y eso es todo. La comida no dura para
siempre, y tampoco yo viviré para siempre, así que
aprovechemos la vida al máximo mientras podamos.
¡Qué tragedia!

Si se ven tentados a pensar de ese modo ahora mismo,
por favor, consideren seriamente que si su gozo
estuviera en la comunión con Jesús, «nadie os
quitará vuestro gozo» no ocurrirá en esta vida,
ni en la próxima.

Ni la vida ni la muerte, ni ángeles ni principados,
ni lo presente ni lo por venir, ni ningún otro
poder, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra
cosa creada podrá quitarnos nuestro gozo en Cristo
Jesús.

El gozo en la comunión con Jesús es una línea
ininterrumpida desde aquí hasta la eternidad. No se
verá interrumpida ni por su muerte ni por la nuestra.

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