Una y otra vez, la Biblia nos deja
desconcertados y con curiosidad acerca de
cómo sucedieron ciertas cosas.
¿Cómo fue que esta «estrella» condujo a los
magos del oriente a Jerusalén?
El versículo 2 no dice que la estrella los
guiara ni que fuera delante de ellos, solo
dice que vieron una estrella en el oriente y
fueron a Jerusalén. ¿Y cómo fue que esa estrella
fue delante de ellos por la corta distancia de
siete kilómetros desde Jerusalén hasta Belén
(versículo 9)? ¿Cómo fue que la estrella
«se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño»?
La respuesta es esta: no lo sabemos. Se intentó
explicarlo de muchas formas, en términos de
conjunciones de planetas, cometas, supernovas y
luces milagrosas. Simplemente no lo sabemos, y
quiero exhortarlos a que no se preocupen en
desarrollar teorías que al fin y al cabo son solo
tentativas y tienen poca importancia en el
sentido espiritual.
Me atrevo a hacer una generalización para
advertirlo: las personas que se preocupan y se
esfuerzan en saber cómo apareció la estrella y
cómo se dividió el mar Rojo y cómo fue que cayó
el maná del cielo y cómo hizo Jonás para
sobrevivir en el vientre del gran pez y cómo la
luna se tiñe de sangre, por lo general son
personas que tienen, lo que yo llamo, una
mentalidad para lo marginal. No se percibe en
ellas una profunda estima por las cosas centrales
del evangelio la santidad de Dios, lo abominable
del pecado, la incapacidad del hombre de salvarse
a sí mismo, la muerte de Cristo, la justificación
solo por fe, la obra de santificación del
Espíritu, la gloria de la venida de Cristo y el
juicio final. Al parecer, estas personas siempre
nos están conduciendo a una vía secundaria, por
medio de un libro o artículo nuevo, y muestran
poco gozo en las verdades centrales del evangelio.
Ahora bien, lo que es claro en cuanto a la
cuestión de la estrella, es que cumplió una
función que no podría haber llevado a cabo por sí
misma: guiar a los magos al Hijo de Dios para que
lo adoraran.
Hay una sola Persona según el pensamiento bíblico
que puede estar detrás de tal intencionalidad en
las estrellas Dios mismo.
Por lo tanto, la lección es simple: Dios esta
guiando a extranjeros a Cristo para que lo adoren.
Y lo hace ejerciendo una influencia y poder
globales probablemente universales para llevarlo
a cabo.
Lucas muestra a Dios influenciando a todo el
Imperio Romano con el propósito de que el censo
ocurra en el tiempo exacto, a fin de que una
virgen llegue a Belén y cumpliera la profecía con
su alumbramiento. Mateo muestra el modo en que
Dios ejerce influencia sobre las estrellas del
cielo a fin de que unos magos extranjeros llegaran
a Belén y pudieran adorarlo.
Tal es el designio de Dios. Lo hizo así en ese
entonces, y lo sigue haciendo hoy mismo.
Su objetivo es que las naciones todas las naciones
(Mateo 24:14) adoren a su Hijo.
Esta es la voluntad de Dios para todas las
personas en la oficina de ustedes y en su barrio
y en su hogar. Como dice Juan 4:23:
«los tales el Padre busca que le adoren».
Al principio del evangelio de Mateo, todavía
vemos un patrón que se repite de «venir y ver».
Pero al final del mismo evangelio, el patrón es
«ir y predicar». Los magos fueron y vieron.
Nosotros vamos y predicamos.
No obstante, lo que no cambia es el propósito de
Dios de reunir a las naciones para que adoren a
su Hijo. La exaltación de Cristo en la fervorosa
adoración de todas las naciones es la razón por
la cual el mundo existe.
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