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Evangelismo en el lugar de trabajo

A medida que crece la oposición cultural hacia el cristianismo, ¿cuál es el efecto de ésta sobre el  evangelismo en el trabajo? ¿Es usted más fiel o más temeroso?

Difícilmente podría ser culpado por ser más temeroso. El rápido avance del liberalismo social y las políticas de recursos humanos que promueven la «tolerancia» en el lugar de trabajo sólo exacerban los dos temores que comúnmente citamos por no compartir el evangelio con nuestros compañeros de trabajo: miedo al daño social y miedo a las repercusiones profesionales, como pérdida del trabajo o estancamiento profesional.

El evangelismo siempre ha sido difícil. Si hay algo nuevo acerca de nuestros retos hoy en día, es cuán aspera parece ser la oposición. Los incrédulos solían decir «Cada quien con lo suyo». Ahora nos acusan de estupidez — «¿De verdad no crees en la evolución?» — o de intolerantes («¿Cómo te atreves a decir que la homosexualidad es un pecado?»). Cada vez más, los empleadores realizan rigurosos controles de antecedentes en los medios sociales antes de tomar decisiones de contratación y promoción. ¿Cuánto falta para que las empresas que temen del acoso y la discriminación en el lugar de trabajo ignoren al cristiano y prefieran a alguien que cause menos problemas?

A pesar de todo esto, estoy muy agradecido por los hermanos que temieron a Dios más que a los hombres y compartieron el evangelio conmigo. Mi propia fe es el fruto del evangelismo en el lugar de trabajo.

PERDIDO Y ENCONTRADO EN EL LUGAR DE TRABAJO

Hace doce años, fui investigador en una firma de consultoría en Washington, DC. Yo era un hindú con auto-confianza, auto-suficiencia y profesionalmente próspero. Nadie hubiera pensado que estaba en una incertidumbre espiritual Francamente, yo mismo no sabía que estaba en una incertidumbre espiritual. Lo que yo no era, era alguien buscando a Cristo.

En eso llega mi colega cristiano Hunter. Muy bien conocido y muy querido en la oficina, Hunter era un tipo de ventas de alto rendimiento con una gama de intereses. Alguien me dijo: « él es cristiano, ¿sabes?». Ninguno de nosotros sabía con seguridad qué significaba eso, pero ambos creímos que era lo suficientemente relevante como para añadir un «oh».

Sabía que Hunter no encajaba en el molde de cristiano que yo había construido en mi mente. Los cristianos eran buenos, anticuados, hipócritas, y bastante predecibles. Hunter no era eso. Así que empecé a observarlo.

Nos hicimos amigos. Pasamos tiempo juntos y hablamos de una variedad de temas: Los Simpson, El Señor de los Anillos, Cristo, Krishna, café, trabajo. Mientras el Señor usaba a Hunter para buscarme, nunca me sentí como un proyecto, solo como un amigo. Como sólo Dios puede hacer, providencialmente arregló para que Hunter estuviera allí al mismo tiempo que Dios orquestó una crisis espiritual en mi vida. Y le dio a Hunter la sabiduría y la audacia para decir la verdad en mi vida cuando más la necesitaba.

COMPORTAMIENTOS DE UN EVANGELISTA EN EL LUGAR DE TRABAJO

Aunque era joven en la fe en aquel tiempo, hay mucho sobre el ejemplo de Hunter que cualquier creyente puede aplicar en el lugar de trabajo.

  1. Ponga a Cristo sobre la mesa.

Debido a que puede ser raro encontrar cristianos en el lugar de trabajo, es esencial que la gente en su oficina sepa que usted es un seguidor de Cristo. De esa manera usted puede ponerse a disposición de creyentes débiles y un ejemplo para los incrédulos. Fue un colega incrédulo que me habló de la fe de Hunter. Obviamente, no deberíamos hacer esto de manera desagradable o irresponsable, pero al relatar su fin de semana, describir un estudio bíblico en el que está o compartir cómo ora por otros, la gente pronto lo se dará cuenta.

  1. Trabaje con Excelencia.

Cuando usted pone a Cristo sobre la mesa, espere ser estudiado por sus compañeros como yo estudié a Hunter. Trabaje de tal manera que refleje la creatividad, el propósito y la bondad de Dios. Demuestre fidelidad e integridad. Trabaje «sin murmuraciones ni contiendas» (Filipenses 2:14). Sométase a los que están en autoridad y sirva humildemente.

Esto en sí no es evangelismo, pero el contenido de nuestras vidas en el trabajo debe reforzar, no socavar, el contenido del mensaje del evangelio que compartimos.

  1. Ame a sus compañeros.

Invierta en amistades con incrédulos en su lugar de trabajo, no de manera superficial como «proyectos», sino amorosamente como aquellos hechos a la imagen de Dios. No subestime la importancia de la confianza. Considere que fue un año y medio después de que Hunter y yo nos conocieramos que estudiamos la Biblia juntos y Dios me dio oídos para el evangelio.

Utilice su almuerzo estratégicamente. En la medida en que usted pueda, haga uso generoso de la hospitalidad, donde puede compartir su vida con un colega fuera de la oficina y las usuales conversaciones y bromas de oficina.

  1. Prepárese para evangelizar.

Tan tonto como esto puede sonar, asegúrese de saber cómo explicar fácilmente el evangelio. Practique si es necesario.

Cuando el Señor provee una oportunidad, usted no quiere que su voz interior le grite por no ser suficientemente claro, quiere que su mente este libre para escuchar a su colega y lo que él o ella encuentra difícil de entender. Después de todo, es el evangelio lo que salva, no nuestro ingenio rápido y nuestra fuerte comprensión de la apologética. Alabo a Dios por la claridad, audacia y confianza de Hunter en el poder del evangelio.

  1. Ore.

Ore por sus colegas regularmente. Ore por buenas oportunidades para compartir el evangelio. Ore para que crezca en audacia. Ore para que Dios sea grande y el hombre sea pequeño; todos somos culpables de confundir esos dos.

E invita a hermanos y hermanas en su iglesia a orar también. Hunter me dijo más tarde que el grupo de estudio bíblico de sus hombres oraba por mí desde el momento en que le pregunté acerca de su fe cristiana.

UN LLAMADO A LA FIDELIDAD

A medida que los lugares de trabajo se vuelvan más hostiles al cristianismo, estas prácticas básicas serán aún más esenciales. El Señor ha sido bueno en responder a mis muchas oraciones por buenas oportunidades y palabras para hablar. Ser conocido como cristiano, vivir mi fe profesional e interpersonalmente, y amar más a mis colegas como portadores de la imagen de Dios me ha ganado oportunidades de hablar abiertamente de mi fe. Y, en su asombrosa gracia, Dios ha escogido usarme para traer a un colega a la fe.

Debemos esperar que el Señor responda a nuestras oraciones y nos conceda oportunidades de hablar de Cristo, así que ore por atrevimiento. Y este dispuesto a gastar su capital relacional. Dios le ha puesto donde está por un propósito.

Escrito por Ashok Nachnani, es un anciano en la Primera Iglesia Bautista en Durham, Carolina del Norte, y un ejecutivo de estrategia en una compañía multinacional de administración de energía.

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