El amor electivo de Dios es completamente libre.
Es el bondadoso desborde de su felicidad
ilimitada, guiada por su infinita sabiduría.
Deuteronomio 10:14-15 describe el deleite que
Dios tiene al elegir a Israel de entre los
pueblos de la tierra. Observemos dos detalles.
Primero, notemos la diferencia entre los
versículos 14 y 15. ¿Por qué Moisés ubica la
elección de Israel en medio de la escena de Dios
como propietario de todo el universo? ¿Por qué
el versículo 14 dice que a Dios pertenecen el
cielo, la tierra y todo lo que en ellos hay, y
luego el versículo 15 dice que él escogió a
Israel para que fuera su pueblo?
Al parecer, el motivo es erradicar la idea de
que Dios estaba restringido de algún modo en la
elección de su pueblo. Este pasaje busca
derribar el mito de que cada pueblo tiene su
propio dios y que este dios tiene derechos sobre
su propio pueblo y nadie más.
La verdad es que este es el único Dios verdadero.
Es dueño de todo lo que hay en el universo y
puede tomar a cualquier pueblo que elija para
hacer de él su especial posesión.
Por lo tanto, la maravillosa e inefable verdad
revelada a Israel es que Dios los eligió.
No tenía que hacerlo. Tenía el derecho y el
privilegio de elegir a cualquier pueblo que
quisiera sobre la faz de la tierra para llevar
a cabo su propósito redentor.
Por consiguiente, cuando se llama a sí mismo
«Dios de Israel» no quiere decir que está al mismo
nivel que los dioses de Egipto o Canaán.
Él es dueño de esos dioses y de sus pueblos.
Si le hubiera placido hacerlo así, podría haber
elegido a un pueblo totalmente distinto para
realizar sus propósitos.
La finalidad de vincular de este modo los
versículos 14 y 15 es hacer hincapié en la libertad
de Dios, sus derechos universales y su autoridad.
El segundo detalle a notar (en el versículo 15)
es la forma en que Dios ejerce su libertad
soberana: «El Señor se agradó de tus padres, los
amó». En su libre elección, le plació amar a los
padres del pueblo de Israel.
El amor de Dios por ellos era libre y movido por
misericordia, y no estaba restringido a ningún
atributo intrínseco de su judaísmo ni por virtud
alguna de Israel.
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