Nuestra pasión por la verdad es una expresión
inevitable de nuestra pasión por Dios.
Si Dios existe, entonces él es la vara con que
medimos todas las cosas; y lo que él piensa
acerca de todas las cosas es la medida de lo
que nosotros deberíamos pensar.
No preocuparnos por la verdad significa que
Dios no nos importa. Amar a Dios
apasionadamente es amar la verdad
apasionadamente. Tener nuestras vidas
centradas en Dios implica tener un ministerio
dirigido por la verdad.
Meditemos en estos cuatro grupos de pasajes
bíblicos acerca de Dios y la verdad:
1)Dios es la verdad
Romanos 3:3-4 (Dios el Padre): «¿Pues qué, si
algunos de ellos han sido incrédulos?
¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad
de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios
veraz, y todo hombre mentiroso».
Juan 14:6 (Dios el Hijo): «Jesús le dijo: Yo soy
el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre sino por mí».
Juan 15:26 (Dios el Espíritu): «Cuando venga el
Consolador, a quien yo enviaré del Padre,
es decir,el Espíritu de verdad que procede del
Padre, El dará testimonio de mí».
2)No amar la verdad nos conduce a la ruina eterna
2 Tesalonicenses 2:8-12: «se pierden, porque no
recibieron el amor de la verdad para ser salvos».
3)La vida cristiana está basada en el conocimiento
de la verdad
1 Corintios 6:15-17: «¿No sabéis que vuestros
cuerpos son miembros de Cristo? ¿Tomaré, acaso,
los miembros de Cristo y los haré miembros de
una ramera? ¡De ningún modo! ¿O no sabéis que
el que se une a una ramera es un cuerpo con
ella?».
4)El cuerpo de Cristo está hecho de la verdad
con amor
Colosenses 1:28: «A Él nosotros proclamamos,
amonestando a todos los hombres, y enseñando a
todos los hombres con toda sabiduría, a fin de
poder presentar a todo hombre perfecto en Cristo».
Que Dios nos dé pasión por él y por la verdad.
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